El entorno ideal

Cuando te lleves a casa a tu bebé prematuro o enfermo de la unidad neonatal, es importante que te asegures de que el entorno del hogar está adaptado a sus necesidades especiales. Los bebés prematuros suelen ser más sensibles a su entorno que los nacidos a término, lo que aumenta el riesgo de problemas respiratorios. Los bebés prematuros también tienen un mayor riesgo de infecciones debido a la inmadurez de su sistema inmunitario.

 

La siguiente página te guiará a través de las cuestiones más importantes que debes tener en cuenta y te dará consejos sobre cómo adaptar tu casa y tus rutinas para mejorar la salud y el desarrollo de tu bebé.

El procesamiento sensorial es la forma en que el cerebro entiende la información que recibe a través de los sentidos como las imágenes, los sonidos, el tacto y el movimiento. A veces, los bebés prematuros pueden sentirse abrumados por la información sensorial, porque su cerebro y otros órganos, como la piel, aún no han madurado lo suficiente como para procesarla. También suelen estar expuestos a experiencias más intensas que los bebés nacidos a término, debido a su estancia en la unidad neonatal. Esto puede afectar a su respuesta a la información sensorial más adelante en la vida: los bebés prematuros pueden ser más sensibles a ciertas cosas.

 

Algunos niños son demasiado sensibles (hipersensibles) o poco sensibles (hiposensibles) a los estímulos. La hipersensibilidad significa que pueden reaccionar intensamente a los sonidos fuertes, las luces brillantes, a ser tocados o ciertas texturas de alimentos. En cambio, la hiposensibilidad significa que pueden buscar sensaciones más intensas, como el movimiento constante, los ruidos fuertes o masticar y morder cosas.

 

Cada niño es diferente y puede mostrar una mezcla de hipersensibilidad e hiposensibilidad.

 

Ayudar con el procesamiento sensorial en casa

 

Si tu hijo tiene problemas con el procesamiento de los sentidos, un terapeuta ocupacional (TO)⍰ puede ayudarle creando una "dieta sensorial" con estrategias que le ayuden a sentirse más cómodo. A menudo se utilizan herramientas como mantas con peso o auriculares antirruido.

 

Si te preocupa, no dudes en preguntar a tu profesional sanitario cómo puede ayudarte un terapeuta. También pueden evaluar si las necesidades de tu bebé pueden cambiar con el tiempo y si es necesario un seguimiento más continuo o ajustes a medida que crece.

Como los bebés prematuros tienen las vías respiratorias más pequeñas, cualquier inflamación o hinchazón (como las producidas por infecciones virales) puede bloquear su respiración y afectar a los niveles de oxígeno. Los bebés con displasia broncopulmonar (DBP)⍰ corren un riesgo especialmente alto de sufrir estos problemas. Algunos bebés prematuros pueden padecer asma al crecer. El asma es una enfermedad pulmonar crónica causada por muchos factores, y no sólo por infecciones, sino también alergias y otras características ambientales. 

 

Algunos de los desencadenantes más comunes del asma son cosas que pueden estar en el entorno de tu bebé:

 

  • Polen⍰
  • Ácaros del polvo⍰
  • Cambios en el tiempo, como el frío o el viento
  • Contaminación⍰
  • Animales domésticos
  • Humo (cigarrillo y fuego)
  • Alimentos
  • Infecciones respiratorias⍰
  • Ejercicio físico
  • Estrés emocional

 

Cuando están presentes estos desencadenantes, un niño con asma puede experimentar síntomas como la falta del aire, una presión en el pecho, tos y sibilancias. Sin embargo, aunque las sibilancias pueden ser un signo de asma, no todos los niños que tienen sibilancias desarrollan la enfermedad.

 

La mayoría de los ataques de asma en niños son leves y pueden desaparecer en pocos días. Sin embargo, las crisis asmáticas graves, con síntomas como dificultad para respirar, angustia y agotamiento, necesitan atención médica inmediata. Si tu hijo o hija experimenta estos síntomas, es importante que acuda inmediatamente a urgencias.

 

Crear un entorno seguro en casa para controlar el Asma

 

Es importante tener una casa limpia. Aunque no es necesario limpiar obsesivamente ni utilizar productos químicos agresivos, reducir el polvo y minimizar la exposición a posibles desencadenantes puede marcar la diferencia. Lavarse las manos durante al menos 20 segundos antes de tocar al bebé es otro paso sencillo para ayudar a prevenir las infecciones respiratorias, que pueden empeorar los síntomas del asma.

 

Lee más sobre el asma y el impacto que puede tener en la vida adulta.

 

Los bebés prematuros tienen un mayor riesgo de contraer infecciones porque su sistema inmunitario es más débil. Aunque es muy importante mantener una buena higiene, también se debe encontrar un equilibrio. Limpiar en exceso o utilizar desinfectantes fuertes con sustancias químicas agresivas puede irritar los pulmones de tu bebé.

 

La higiene básica es muy importante, tal y como lavarse las manos con regularidad, sobre todo después de cambiar pañales, preparar comida o ir al baño. Asegúrate también de que los invitados se laven las manos antes de interactuar con tu bebé. Intenta evitar los lugares concurridos y los grupos grandes de niños, y asegúrate de que todas las personas que visiten a tu bebé estén sanas y tengan en cuenta reglas básicas de higiene. Una persona que muestre síntomas de resfriado o infección respiratoria debe extremar la higiene y plantearse posponer su visita o llevar una mascarilla hasta que se sienta mejor.