Los adultos que nacieron prematuros o con problemas de salud pueden enfrentarse a dificultades con las interacciones sociales más adelante en la vida. Puede resultarles difícil controlar sus emociones, encajar en un grupo y manejar situaciones sociales, lo que puede afectar a su autoestima y a sus relaciones.
Hacer nuevos amigos y tomar parte de actividades sociales puede ser difícil, y pueden evitar estas situaciones por ansiedad⍰ o miedo a sentirse incómodos. Además, las dificultades de aprendizaje pueden afectar a su capacidad para adaptarse a la vida independiente y al trabajo.
Aunque estos retos pueden durar toda la vida, recibir apoyo y terapia puede marcar una gran diferencia, ayudándoles a tener mejores conexiones sociales y a mejorar su bienestar general.
Los niños nacidos muy prematuros pueden experimentar retos sociales y emocionales únicos. Los estudios demuestran que es más probable que tengan dificultades para hacer amigos, controlar sus emociones y enfrentarse a situaciones sociales. Estos retos pueden durar hasta la edad adulta y aumentar el riesgo de tener problemas de salud mental, como ansiedad o depresión⍰.
Para mucha gente, hacer nuevos amigos es fácil, pero puede ser más duro para los nacidos muy prematuros. Pueden sentirse ansiosos o incómodos en situaciones sociales, prefiriendo quedarse con amigos conocidos en vez de conocer a gente nueva. Esta ansiedad puede hacer que los acontecimientos sociales les parezcan abrumadores, lo que les lleva a evitarlos y a aumentar su sensación de soledad. También pueden tenerle miedo a ciertas situaciones como hablar en público o comer delante de otros, que pueden complicar aún más la socialización. Reconocer estos problemas y comprender la ansiedad social es muy importante para obtener la ayuda que necesita.
Las habilidades sociales, como interpretar las expresiones faciales y usar el lenguaje corporal, son importantes para hacer y mantener amistades. Sin embargo, algunos niños nacidos muy prematuros pueden tener problemas con estas habilidades, lo que afecta a su autoestima y a su capacidad para relacionarse con los demás.
Para aumentar la confianza y reducir la ansiedad, puede ser útil empezar por entornos sociales conocidos, participar en actividades agradables y practicar técnicas de relajación. Si estas dificultades persisten, el apoyo profesional de un profesional sanitario puede ser valioso para mejorar las habilidades sociales y controlar la ansiedad.
Los niños nacidos prematuramente, sobre todo antes de las 32 semanas, pueden tener dificultades para regular sus emociones a medida que crecen. En las últimas semanas del embarazo, el cerebro se desarrolla rápidamente, y el nacimiento prematuro puede alterar este proceso y aumentar el riesgo de problemas emocionales a largo plazo. Las habilidades emocionales, que son muy importantes para manejar las relaciones y la vida cotidiana, empiezan a desarrollarse temprano y siguen evolucionando a medida que envejecemos. Aquellos con problemas de control emocional tienen más dificultades para manejar sus sentimientos, lo que puede afectar a su vida y sus relaciones. La ansiedad⍰ y la depresión⍰ también son más frecuentes entre los adultos que nacieron prematuros. Entender estos retos y buscar apoyo mediante el cuidado personal y la ayuda profesional puede suponer una gran diferencia a la hora de mejorar la calidad de vida y la fortaleza de la familia.
Las habilidades emocionales
Aprender a controlar las emociones y a hablar de los sentimientos es importante para tener relaciones personales sanas y una vida equilibrada. Desde pequeños, aprendemos a reconocer y manejar nuestros propios sentimientos y a entender las emociones de los demás. De adultos, estas habilidades nos ayudan a afrontar la vida cotidiana y a conectar con la gente. Sin embargo, cuando alguien tiene problemas para manejar sus emociones, puede provocar problemas como ira intensa, los trastornos alimentarios, el llanto excesivo, incluso un mayor riesgo de ideas suicidas. Para mejorar las habilidades de control emocional, ayuda practicar técnicas de respiración y relajación y aprender sobre la inteligencia emocional. Buscar apoyo cuando se necesita también puede suponer una gran diferencia.
Los niños prematuros tienen un mayor riesgo de sufrir acoso escolar, ya sea debido a una discapacidad⍰ (visible o invisible) o por no tener la misma capacidad para hacer amistades que sus compañeros. Sufrir acoso escolar puede provocarles problemas emocionales a largo plazo. Reducir el acoso escolar podría ayudar a disminuir el riesgo de que los niños y adolescentes nacidos prematuramente sufran estos problemas. El acoso se produce cuando alguien con más poder se mete con otro niño, y puede tratarse de abuso verbal, físico o social. Puede provocar problemas de salud mental, como la depresión. Cuanto más tiempo se extienda el abuso, más graves pueden ser los efectos sobre su salud mental. Los niños acosados suelen ser más débiles, tener menos confianza en sí mismos, les suele costar entender las señales sociales, tienen un aspecto diferente o no son tan populares como sus compañeros.
Aunque a menudo sea difícil para los padres saber lo que ocurre en el colegio con sus hijos, es recomendable que pregunten a menudo por las amistades de sus hijos e intenten evaluar si pueden estar siendo víctimas del acoso escolar. Para obtener apoyo, puedes considerar la posibilidad de hablar con el profesor de la clase de tu hijo, los orientadores escolares⍰ o el director del colegio.
Ansiedad
Los adultos que nacieron prematuros pueden experimentar más ansiedad que los que nacieron a término. Esto se debe a que el desarrollo de su cerebro se produjo en un entorno diferente y sufrieron estrés por el que otros cerebros no han pasado, lo que puede causar problemas emocionales a largo plazo. La ansiedad puede afectar a muchos aspectos de la vida, como el trabajo, las relaciones personales y las tareas cotidianas. Las personas con ansiedad pueden evitar situaciones que les asustan, experimentar síntomas físicos como dolores de cabeza o tener problemas para dormir. La ansiedad puede manifestarse mordiéndose las uñas, enfadándose, sintiéndose abrumado y fuera de control. Para empezar, el ejercicio, una dieta sana y la meditación pueden ayudar a controlar la ansiedad. Hablar con un profesional también puede dar un gran apoyo.
Depresión
Nacer prematuramente puede afectar al desarrollo cerebral, pero es importante recordar que el camino de cada persona es diferente. Algunos adultos que nacieron prematuros pueden tener un mayor riesgo de enfrentarse a problemas de salud mental, como la depresión. Un estudio sueco descubrió que los nacidos prematuros tenían más probabilidades de necesitar atención por problemas de salud mental entre los 17 y los 30 años. Aunque esto pueda parecer preocupante, muchas personas nacidas prematuras llevan una vida sana con el apoyo adecuado.
Sentirse decaído de vez en cuando forma parte de la vida, pero si esos sentimientos de tristeza o inutilidad persisten, podría ser un síntoma de depresión. Los adultos con depresión suelen sentir que tienen poca energía, pierden el interés por actividades que antes disfrutaban y pueden empezar a comer y a dormir demasiado o demasiado poco. La depresión puede afectar a muchas facetas de la vida, como las relaciones personales y el trabajo. El cuidado personal, incluyendo el ejercicio regular, una dieta equilibrada y hablar con un consejero o terapeuta, son pasos importantes para tratar la depresión. La medicación también puede ayudar en algunos casos, y encontrar apoyo en los seres queridos puede ser algo muy positivo.
Los problemas de aprendizaje son más frecuentes en los niños prematuros o nacidos enfermos, porque su nacimiento prematuro o sus complicaciones de salud pueden alterar el desarrollo del cerebro, afectando funciones como la memoria, la atención y las habilidades motoras⍰. Los trastornos relacionados con las dificultades de aprendizaje pueden afectar a la vida cotidiana de los niños y de los adultos de varias maneras, pero con la ayuda adecuada, las personas pueden afrontar estos desafíos y mejorar su bienestar. Es importante que los padres reciban un buen asesoramiento sobre cómo obtener ayuda y qué adaptaciones puede haber disponibles, como que tu hijo o hija tenga más tiempo para hacer los exámenes.
Dislexia
La dislexia es un trastorno del aprendizaje que afecta a la habilidad de leer, deletrear y escribir. Las personas con dislexia pueden tener problemas para relacionar las letras con los sonidos que producen, lo que hace difíciles la lectura y la escritura. Es importante saber que la dislexia no significa que alguien no sea inteligente. Los síntomas suelen aparecer en los primeros años escolares, pero nunca es demasiado tarde para buscar ayuda. Para los adultos, la dislexia puede significar tener problemas para leer o aprender nuevos idiomas. Recibir ayuda temprana puede suponer una gran diferencia a la hora de manejar estas dificultades.
Discalculia y disgrafía
La discalculia es un trastorno que dificulta la comprensión y el trabajo con números. Esto puede significar tener dificultades con las matemáticas básicas, hacer presupuestos o incluso el control del tiempo. La disgrafía, en cambio, afecta a la escritura. Para los adultos con disgrafía, la escritura no sólo es desordenada, sino que a menudo es difícil de leer. Pueden tener problemas con el espaciado correcto, la ortografía y el tamaño de las letras, e incluso con la motricidad fina, como sujetar un bolígrafo o cortar comida con un cuchillo. Ninguna de estas dificultades está relacionada con la inteligencia de la persona, pero pueden complicar las tareas cotidianas y el trabajo. Sin embargo, existen herramientas y estrategias que pueden ayudar a manejar estos problemas y mejorar la vida cotidiana.
Trastorno del Desarrollo de la Coordinación (TDC)
El Trastorno del Desarrollo de la Coordinación (TDC), también conocido como dispraxia, afecta a la forma en que las personas coordinan sus movimientos. Esto puede hacer complicadas tareas sencillas como escribir o montar en bicicleta. Aunque a muchas personas se les detecta el TDC en la infancia, puede continuar en la edad adulta y suele ser difícil de diagnosticar porque es un diagnóstico de exclusión, lo que significa que probablemente haya muchos casos no declarados. Los adultos con TDC pueden tener dificultades para realizar actividades cotidianas, desarrollar habilidades de coordinación o tener dificultades para organizarse. Aunque no existe cura para el TDC, la terapia y el apoyo práctico pueden ayudar a navegar estos retos.
Trastorno del procesamiento auditivo (TPA)
El Trastorno del Procesamiento Auditivo (TPA) afecta al modo en que el cerebro interpreta los sonidos y la comunicación verbal, es decir, hablada. Las personas con TPA pueden tener dificultades para seguir las conversaciones o entender instrucciones, sobre todo en lugares ruidosos. Este trastorno no tiene que ver con la pérdida de la audición, sino con la forma en que el cerebro procesa los sonidos. Para los adultos, la APD puede causar problemas en el trabajo y en situaciones sociales. Un entorno más tranquilo, las ayudas visuales y acudir a un especialista puede ayudar el control de la APD. Aprender más sobre la APD y relacionarse con otras personas que se enfrentan a desafíos similares también puede dar apoyo y estrategias valiosas.