Tu estilo de vida, es decir, tus rutinas, hábitos, actividades y entorno, influyen mucho en tu salud. Durante el embarazo también afectan a la salud de tu bebé. Se suele animar a los futuros padres a que piensen en su estilo de vida y en cómo puede impactar el desarrollo temprano de su bebé. Tomar decisiones conscientes y fundamentadas durante el embarazo puede ayudar a que tu bebé tenga un buen comienzo. Aunque algunos cambios en el estilo de vida pueden reducir el riesgo de parto prematuro, es importante saber que en alrededor de la mitad de los casos se desconoce la causa, y que estos cambios por sí solos no pueden evitar la prematuridad.
Hábitos de vida modificables
Atención prenatal
La atención prenatal es muy importante para manteneros sanos a ti y a tu bebé durante el embarazo. Las revisiones periódicas ayudan a los médicos y comadronas a detectar y tratar problemas lo más temprano posible. Esta atención también es educativa, y sirve de apoyo a los futuros padres para tomar decisiones fundamentadas sobre el embarazo, el parto y los cuidados tras el nacimiento del bebé.
Sigue leyendo sobre la atención prenatal en nuestra página sobre atención y seguimiento prenatales.
Factores ambientales
Por desgracia, hay factores ambientales que pueden afectarte a ti y a tu bebé durante el embarazo. La buena noticia es que hay medidas que puedes tomar para reducir su impacto al mínimo.
Lo que una madre come durante el embarazo afecta al crecimiento de su bebé y a su salud más adelante en la vida. Durante tu embarazo es importante que sigas una dieta equilibrada con mucha fruta y verdura, cereales integrales como el arroz y el pan integrales, y fuentes de proteínas como el pescado, los lácteos o la carne, sin olvidar la hidratación.
Te interesa saber: Cada embarazo es diferente, por lo que es útil hablar con un profesional sanitario para que te aconseje de forma personalizada sobre los nutrientes que necesitas.
¿Qué debe evitarse por completo durante el embarazo?
Consejo: Las alternativas saludables como la fruta deshidratada, los dátiles, los frutos secos y las semillas varias pueden ayudar a controlar los antojos de dulces.
Nutrientes
Llevar una nutrición adecuada es muy importante para el crecimiento sano de tu bebé. Hablar con tu médico sobre tu nutrición puede ayudarte a entender qué es lo que necesita tu cuerpo. Aquí se enumeran algunos nutrientes clave a los que debes prestar atención:
La salud y los hábitos de una madre durante el embarazo pueden desempeñar un papel importante en el futuro de su bebé. Cuando las madres tienen problemas de peso, es importante entender que su bebé puede recibir más nutrientes de los necesarios en el útero⍰, lo que podría aumentar el riesgo de problemas de salud relacionados con el peso más adelante en su vida. Por otra parte, si la dieta de la madre no es equilibrada o es pobre en nutrientes, lo que puede ocurrir si padeciera de un trastorno alimentario, el bebé puede no recibir suficientes nutrientes antes de nacer. Cuando un bebé no recibe suficiente alimento mientras está en el útero, puede aprender a adaptarse a comer menos, lo que puede afectar a su respuesta a la comida después de nacer y provocar problemas de salud más adelante.
Recuerda que la experiencia de cada padre y cada madre es única, y es importante que te trates con cariño. Informarse sobre los posibles riesgos y buscar ayuda cuando la necesites es lo mejor que puedes hacer por tu bebé.
Mantenerse físicamente activa durante el embarazo puede ser bueno tanto para ti como para tu bebé, ya que ofrece muchas ventajas físicas y mentales. Entre ellas están la mejora de la salud del corazón, un aumento de peso más controlado y saludable durante el embarazo, la reducción de los calambres musculares y la hinchazón, y un estado de ánimo más estable. Además, manteniéndote activa puedes ayudar a prevenir la fatiga, los dolores de cabeza, el dolor de espalda y el estreñimiento.
La actividad física puede ayudarte a controlar los niveles de azúcar en sangre⍰, y a prevenir el desarrollo de diabetes gestacional⍰ durante el embarazo. Además, el ejercicio también ayuda a que tu bebé tolere mejor el estrés, y mejora su desarrollo neurológico y del comportamiento. Lo mejor es que hagas actividades con comodidad y seguridad, evitando los deportes de contacto o las actividades en las que puedas golpearte fácilmente, caerte o pararte bruscamente. A medida que avanza el embarazo, son más adecuados los ejercicios más suaves, como la natación y el yoga.
Quizá te preguntes si es mejor bañarse o ducharse durante el embarazo. Ambos se pueden hacer, pero es importante tener en cuenta ciertos límites aconsejables. Si quieres darte un baño caliente, asegúrate de:
No permanezcas más de 15 minutos en una sauna. En las últimas fases del embarazo, es preferible una ducha rápida a un baño caliente.
Aunque no sea un factor de riesgo de parto prematuro, cabe mencionar que los cambios hormonales durante el embarazo pueden causar problemas de piel como el acné y las manchas oscuras. Una rutina suave de cuidado de la piel con limpiadores e hidratantes sin jabón pueden tratar estas molestias. Evita la pigmentación de la piel con la protección solar adecuada. Las estrías pueden reducirse con una mano de crema hidratante dada con regularidad y masajes suaves.
El suelo pélvico es el conjunto de músculos que recubre la base de la pelvis. Se encarga de funciones vitales como la apertura y el cerrado de los orificios de desecho del cuerpo. El embarazo y el parto suponen una sobrecarga para el suelo pélvico debido a la subida de peso y a los cambios hormonales. Esto puede causar problemas como las pérdidas de orina después del parto.
Durante el embarazo, los cambios hormonales y sobre todo la subida de la hormona relaxina pueden causar dolor en la sínfisis púbica, una molestia en la parte anterior de la pelvis. El dolor puede empeorar al caminar, subir escaleras o levantarse de la cama. Para reducir estas molestias puedes probar una faja para embarazo, que estabiliza la pelvis y ayuda de tal forma a aliviar el dolor.
Consulta a un profesional de la salud para recibir consejos sobre cómo fortalecer los músculos y cuidar la salud del suelo pélvico, además de otros tratamientos como ejercicios o masajes.
Nuestro entorno está lleno de sustancias químicas que pueden afectar a nuestra salud, desde el aire que respiramos hasta los productos que usamos y consumimos. Durante el embarazo se recomienda reducir al mínimo la exposición a estos químicos, ya que los bebés que están creciendo pueden ser más sensibles a ellos. Se pueden hacer pequeños cambios como como lavar las frutas y verduras, comprar alimentos orgánicos cuando sea posible, y evitar usar cosméticos perfumados y los que contengan ingredientes como el retinol, el ácido salicílico o ciertos aceites esenciales. Siempre que se pueda es mejor optar por productos de limpieza biodegradables en vez de productos químicos agresivos.
Beber alcohol durante el embarazo y la lactancia puede afectar al desarrollo y bienestar de tu bebé. La buena noticia es que tienes en tus manos todo el poder para protegerle. Los expertos recomiendan firmemente evitar por completo el alcohol durante el embarazo, incluso en dulces o alimentos que puedan contenerlo. El mismo consejo se aplica a la lactancia, pues todo lo que consume la madre llega al bebé a través de la leche materna.
Cuando el alcohol llega al torrente sanguíneo del bebé en el útero, puede afectar a su desarrollo cerebral, llevando al trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF). Este trastorno puede manifestarse de distintas formas, como un retraso en el desarrollo físico o mental en comparación con otros niños. Los pequeños con TEAF pueden tener problemas para dormir, comer o concentrarse, y pueden ser más inquietos. A medida que crecen, pueden pasar por problemas del estado de ánimo, como la depresión⍰, o tener dificultades para formar relaciones cercanas. Algunos niños pueden tener una inteligencia normal, pero de igual forma tener problemas de comportamiento. Lamentablemente, los casos más leves de TEAF a veces pasan desapercibidos.
Lo bueno es recordar que el TEAF se puede evitar por completo. Si no bebes alcohol durante el embarazo, puedes eliminar totalmente este riesgo y dar a tu bebé el mejor comienzo en la vida. Siempre puedes hablar con un profesional de la salud en caso de que tengas alguna duda sobre el consumo de alcohol durante el embarazo o la lactancia.
Fumar puede tener efectos negativos tanto para los padres como para el bebé. Las parejas que fuman pueden tardar más en concebir que las que no fuman. En los hombres, fumar puede reducir tanto el número como la calidad de los espermatozoides, aumentando las dificultades para concebir. Para las mujeres, fumar durante el embarazo puede reducir el crecimiento de los vasos sanguíneos de la placenta⍰, lo que significa que el bebé podría no recibir suficiente oxígeno y nutrientes.
Fumar durante el embarazo aumenta el riesgo de aborto espontáneo⍰ y de parto prematuro, así como el riesgo de que el bebé nazca con un peso demasiado bajo. También puede estropear el desarrollo de los pulmones y aumentar el riesgo de defectos congénitos, mortinatalidad⍰ y síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL)⍰.
El humo de tabaco es una de las formas más peligrosas de contaminación⍰ en interiores, llena de sustancias tóxicas y cancerígenas. Estas partículas dañinas se pueden quedar pegadas a las paredes, ropa y muebles, liberándose poco a poco en el aire y poniendo en peligro a otros. Después de fumar, es buena idea cambiarse de ropa, lavarse las manos e incluso el pelo antes de visitar a una mujer embarazada o de un recién nacido.
Durante el embarazo, la placenta⍰ lleva oxígeno y nutrientes de tu cuerpo al de tu bebé. Esto significa que todo lo que se encuentre en tu sangre, como el alcohol, las drogas o incluso algunos medicamentos, puede también llegar a tu bebé. Las drogas pueden acumularse en el organismo de tu bebé y hacerle daño, con riesgo de efectos a largo plazo.
Tomar drogas durante el embarazo puede causarle graves problemas a tu bebé. Algunos de estos problemas pueden no aparecer de inmediato, sino afectar al crecimiento de tu bebé en el futuro. Es muy importante que acudas a un profesional sanitario, que te podrá dar apoyo e información. ¡Están ahí para ayudarte!
¿Qué puedes hacer?
El camino más seguro a tomar dependerá del tipo de sustancia que consumas, ya sea alcohol, cánnabis, opioides u otras drogas. Para muchas de ellas, lo mejor puede ser dejar de tomarlas, preferiblemente con supervisión médica para vigilar tu salud y la de tu bebé. En algunos casos, el cambio a otra sustancia más segura puede ayudar a reducir los riesgos. Por ejemplo, la terapia de sustitución de opioides suele ser más segura que parar de golpe, tanto para ti como para tu bebé. Un profesional de la salud podrá guiarte y darte atención individualizada, para salir adelante de la mejor manera para ti y para tu bebé.
Los riesgos del consumo de drogas durante el embarazo o después del parto incluyen:
El abuso de drogas antes o durante el embarazo también puede causar síntomas de abstinencia en los recién nacidos de madres drogodependientes. Esto puede llevar a síntomas como la irritabilidad, problemas digestivos, dificultad para ganar peso, temblores y, a veces, convulsiones. El síndrome de abstinencia neonatal (SAN)⍰ es común en bebés cuyas madres consumen opioides.
Nota sobre el consumo de cánnabis durante el embarazo y la lactancia
Los estudios demuestran que entre el 2 y el 5% de las mujeres embarazadas consumen marihuana. Después de nacer, los bebés expuestos al cánnabis en el útero⍰ pueden tener problemas de crecimiento, y tienen un riesgo mayor de padecer leucemia infantil, así como de mostrar síntomas de problemas neuroconductuales como la irritabilidad, temblores⍰ o llanto excesivo.
Tener un poco de estrés es normal, pero estar demasiado estresado/a puede hacer que el día a día se haga difícil de llevar. El estrés puede ser a corto plazo (agudo) o a largo plazo (crónico). El estrés agudo, como una pelea o desacuerdo puntual de pareja, suele pasar rápido, mientras que el estrés crónico, causado por problemas constantes, puede durar mucho tiempo y provocar complicaciones como el parto prematuro⍰, la hipertensión⍰, el insomnio y cambios en el apetito, que pueden ser perjudiciales tanto para la madre como para el bebé.
El estrés suele venir de una sensación de falta de control o de no poder resolver tus problemas. Ser padre o madre conlleva muchos cambios emocionales y sociales, sobre todo para las mujeres. Un embarazo complicado, experiencias difíciles en el pasado, problemas de pareja o ser madre soltera también pueden aumentar el estrés. Tanto el estrés físico como el emocional pueden cambiar los niveles de hormonas, lo que puede reducir el flujo sanguíneo a la placenta⍰ y afectar al crecimiento del bebé.
Siempre puedes pedir ayuda, y si estás lidiando con mucho estrés, puedes acudir a un profesional de la salud o hablar con familiares y amigos de confianza que puedan escucharte y apoyarte.