Es importante que conozcas algunos problemas de salud que pueden presentar complicaciones antes y durante tu embarazo, incluido el parto prematuro. Otros ejemplos son factores genéticos, los embarazos múltiples, la preeclampsia⍰ y los problemas de útero⍰ o el cuello uterino⍰.
Los profesionales sanitarios podrán ofrecerte una atención personalizada basada en tu historia clínica, así como la de tu familia. Detectar y tratar los problemas que pueden afectar a tu embarazo lo más temprano posible mejora la probabilidad de que todo salga bien, tanto para ti como para tu bebé.
Ciertas características o problemas de salud, como tener un grupo sanguíneo negativo, diabetes⍰, enfermedad renal⍰ o hipertensión⍰, pueden afectar al desarrollo de tu bebé. A veces, estos problemas pueden llevar a un profesional sanitario a tomar la decisión de adelantar el parto.
Grupo sanguíneo Rh negativo: Un grupo sanguíneo puede ser positivo o negativo dependiendo de si los glóbulos rojos tienen o no una proteína llamada “factor Rhesus”, también llamado “factor Rh”. Si tu grupo sanguíneo es Rh negativo y el de tu bebé es Rh positivo, tu cuerpo puede producir anticuerpos⍰ contra la sangre de tu bebé si se mezcla con la tuya. No suele haber problemas durante el primer embarazo, pero estos anticuerpos pueden activarse en un futuro embarazo con un bebé Rh positivo y causar la enfermedad de Rhesus, que afecta a los glóbulos rojos del bebé.
La enfermedad Rhesus puede prevenirse con una inyección de inmunoglobulina anti-D. Esta inyección suele darse después de cualquier suceso que pueda provocar la entrada de la sangre del bebé en tu torrente sanguíneo, como el parto, la amniocentesis⍰, el aborto espontáneo⍰ o un traumatismo. En las analíticas prenatales viene incluido el grupo sanguíneo, lo que servirá para decidir si necesitas este tratamiento.
Diabetes: Los bebés de madres con diabetes o diabetes gestacional⍰ corren un riesgo mayor de ser más grandes que la media al nacer, y de nacer prematuramente. También aumenta el riesgo de que el bebé padezca diabetes tipo 2⍰ a largo plazo. Mantener la diabetes bajo control puede ayudar a reducir el riesgo de complicaciones.
Control de la diabetes durante el embarazo
Un buen control del azúcar en sangre⍰ puede ayudar a reducir las complicaciones de la diabetes y la diabetes gestacional. Para conseguirlo, es muy importante:
Cambios de estilo de vida:
Tratamientos médicos:
Colaborando cercanamente con un profesional de la salud, estas estrategias pueden ayudar a que tengas un embarazo más saludable y reducir el riesgo de complicaciones tanto para ti como para tu bebé.
Enfermedades de riñón: Los problemas de riñón durante el embarazo también pueden aumentar la probabilidad de parto prematuro. Los médicos valoran la función de los riñones mediante el análisis de proteínas en la orina; encontrarlas puede significar que los riñones no filtran bien la sangre.
Hipertensión arterial: Esta afección requiere un control cuidadoso, ya que puede provocar problemas graves como la preeclampsia⍰ durante el embarazo.
Ciertos factores genéticos, es decir, hereditarios, que pueden estar presentes en ti o en tu bebé aumentan el riesgo del parto prematuro. Por ejemplo, tus propios genes pueden afectar el desarrollo de tu embarazo. Puedes controlar el riesgo causado por los factores genéticos recibiendo atención sanitaria con regularidad.
Las madres que ya han tenido un parto prematuro corren un mayor riesgo de tener otro. Este es el mayor factor de riesgo de tener un parto prematuro que se conoce.
El uso de la Reproducción Médicamente Asistida (MAR)⍰ está aumentando en todo el mundo por varias razones, como problemas genéticos y de salud o la bajada de la fertilidad debido a la edad.
Las Reproducción Humana Asistida (RHA) consiste en tratamientos que ayudan a las personas y a las parejas a concebir un bebé cuando tienen dificultades como la infertilidad o problemas genéticos. Algunos ejemplos son la fecundación in vitro (FIV)⍰ y la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI)⍰, que consisten en fecundar óvulos con espermatozoides fuera del cuerpo.
Rara vez se ven casos graves antes de las 34 semanas, pero la atención prenatal es vital para la detección temprana. Sin tratamiento, la preeclampsia puede provocar complicaciones graves, como la rotura de los glóbulos rojos, subida de las enzimas del hígado, y bajada de plaquetas (síndrome HELLP⍰), que afecta a la sangre y al hígado) o eclampsia⍰, que puede ser mortal. Para la madre puede suponer un mayor riesgo de tensión alta, enfermedad en los riñones, problemas de corazón a largo plazo, y en el peor de los casos puede perder la vida.
Entre los factores de riesgo están el ser madre primeriza, el embarazo múltiple, haber padecido preeclampsia anteriormente, una edad materna avanzada y antecedentes como la hipertensión y la diabetes⍰. Entre las semanas 11 y 14 del embarazo se puede evaluar el riesgo de desarrollar preeclampsia con distintas pruebas y analíticas, y pueden tomarse medidas preventivas como cambios en los hábitos de vida. Los análisis de sangre en las últimas fases del embarazo ayudan al diagnóstico temprano de la preeclampsia, permitiendo ajustar el tratamiento.
Durante el embarazo, asegúrate de acudir a todas las citas de atención prenatales y controlar tu tensión arterial. Acude inmediatamente al médico si notas síntomas como dolores de cabeza o un aumento rápido de peso. Aunque la única cura para la preeclampsia es el parto, si fuera conveniente se puede alargar el embarazo de forma segura bajo observación cercana.
Ciertos problemas del útero⍰ y el cuello uterino⍰ pueden aumentar el riesgo de parto prematuro. Por ejemplo, un cuello uterino demasiado corto puede causar un parto prematuro, porque puede ablandarse y acortarse aún más durante el embarazo, y abrirse demasiado pronto. La insuficiencia cervical o del cuello uterino, en la que este se debilita y empieza a abrirse y a disminuir de grosor demasiado pronto, también puede provocar un parto prematuro. En algunos casos, las mujeres con este problema pueden necesitar un cerclaje cervical, es decir, un punto de sutura en el cuello del útero para cerrarlo temporalmente.
Además, las anomalías de útero pueden aumentar el riesgo de parto prematuro⍰, pudiendo limitar el crecimiento del bebé y dificultando el ensanchamiento del útero.
Desprendimiento prematuro de placenta: Ocurre cuando la placenta⍰ se separa del útero⍰ demasiado pronto, lo que suele provocar sangrados más adelante en el embarazo. En casos graves, puede causarle complicaciones tanto al bebé como a la madre. Algunos factores de riesgo son las lesiones en el útero, los embarazos múltiples, fumar y la hipertensión⍰.
Placenta acreta o acretismo placentario:La placenta acreta es una complicación en el que la placenta invade la pared del útero⍰ cuando se desarrolla, lo que puede causar grandes sangrados tras el parto. A veces, la placenta puede crecer incluso dentro de los músculos del útero u otros órganos de la pelvis, Haciendo difícil que se suelte tras el parto.
Insuficiencia placentaria: Esta complicación ocurre cuando la placenta no puede dar suficientes nutrientes y oxígeno al bebé, lo que puede causar bajo peso al nacer y problemas de desarrollo. También puede causarle sufrimiento fetal al bebé, lo que puede necesitar un parto prematuro como tratamiento. Los factores de riesgo son la diabetes⍰, la hipertensión y el consumo de drogas. Las ecografías⍰ periódicas ayudan a evaluar el crecimiento del bebé.
Placenta previa:complicación que ocurre cuando la placenta se asienta cerca de o sobre el cuello uterino⍰, haciendo subir el riesgo de sangrado durante el embarazo. Puede empeorar el crecimiento del bebé y llevar a un parto prematuro, normalmente por cesárea. Las mujeres que han tenido placenta previa en un embarazo anterior tienen un mayor riesgo de pasar por partos prematuros en el futuro.
Las infecciones en el útero⍰, las infecciones urinarias⍰ y la vaginosis bacteriana⍰, pueden causar problemas de salud. Es importante que informes inmediatamente a un profesional sanitario si crees que tienes una infección urinaria para reducir el riesgo de complicaciones.
Una buena higiene dental es importante para prevenir infecciones en las encías. Asimismo, las enfermedades de transmisión sexual también pueden causar problemas durante el embarazo. Las infecciones graves a mediados o finales del embarazo pueden causar un parto prematuro, por lo que es muy importante que acudas a tu médico si notas que tienes algún síntoma de infección.
Medidas de prevención sencillas que puedes tomar:
Se recomienda recibir y actualizar todas las vacunas obligatorias y recomendadas, como las de la varicela, el sarampión y la rubéola, antes de intentar concebir. Sin embargo, algunas dosis son necesarias durante el embarazo para protegerte de ciertas enfermedades como la tos ferina, el VSR⍰, el tétanos, la difteria, la poliomielitis, la gripe⍰ y el COVID-19.
Habla siempre con tu médico sobre qué vacunas puedes necesitar en función de tus antecedentes. Puedes sentirte segura vacunándote mientras estás embarazada, ya que todos los datos indican que las vacunas no presentan ningún peligro para el bebé.