La atención neonatal en el mundo: datos y estadísticas
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En los últimos años ha habido grandes avances en la bajada de la tasa de muertes de maternas y neonatales. Desde 1990, el número de muertes de recién nacidos se ha reducido a la mitad (fuente: UNICEF), lo que es un logro increíble. Sin embargo, la salud de la mujer ha sufrido graves retrocesos recientemente en casi todas las partes del mundo.

 

Lamentablemente, demasiados recién nacidos y madres, incluidas madres jóvenes, siguen perdiendo la vida, a menudo por causas que podrían prevenirse o tratarse con una atención adecuada y a tiempo. Las principales causas de muerte materna son las hemorragias graves, la hipertensión, las infecciones durante el embarazo y las complicaciones por abortos inseguros. Esto demuestra que aún queda mucho por hacer para mantener a salvo a madres y bebés. 

 

 

Disparidades sanitarias en el mundo

 

La mayoría de las muertes de recién nacidos ocurren en países de ingresos bajos y medios, donde el acceso a una asistencia sanitaria de calidad es más limitado. Sin embargo, la supervivencia de los recién nacidos, especialmente los prematuros y los que tienen problemas de salud, pueden mejorar con el acceso a cuidados antes, durante y después del parto. Los bebés prematuros en particular suelen tener más problemas de salud, y su supervivencia depende en gran medida de los cuidados disponibles. Por ejemplo, en países con sistemas sanitarios avanzados, como Japón, los bebés nacidos a partir de las 22 semanas reciben reanimación⍰ activa y cuidados intensivos especializados. En general, los países de ingresos altos disponen del material y los profesionales formados necesarios para tratar a los bebés extremadamente prematuros. Sin embargo, a pesar del acceso a una atención correcta y de alta calidad, cuanto antes nace un bebé, mayor es el riesgo de que tenga problemas de salud que pueden afectar a su futuro.

 

Por desgracia, las tasas de supervivencia de los bebés prematuros son bastante más bajas en los países de ingresos bajos. En algunos lugares, alrededor de la mitad de los bebés nacidos antes de las 32 semanas (unos dos meses antes del nacimiento a término) pueden perder la vida debido a la falta de cuidados intensivos para darles calor, ayuda a la lactancia materna y tratamiento de infecciones o problemas respiratorios. Cuando hay una falta de recursos esenciales como la electricidad, el agua potable y profesionales sanitarios cualificados, las posibilidades de supervivencia de los bebés prematuros son mucho menores. La variación de las tasas de supervivencia a escala mundial demuestra la necesidad de mejorar el acceso a la asistencia sanitaria en todo el mundo, y de garantizar que todos los recién nacidos, especialmente los prematuros, reciban la atención que necesitan para sobrevivir y desarrollarse.

El acceso limitado a una asistencia sanitaria asequible y de calidad en muchos países hace difícil que la salud y la seguridad de las madres y los recién nacidos se mejore, y se reduzcan las tasas de mortinatalidad. Lamentablemente, muchas de estas muertes se producen en zonas afectadas por conflictos o desplazamientos forzados.

 

 

Estadísticas y contexto global

 

  • En 2022, el 57% de las muertes de menores de 5 años (unos 2,8 millones) se produjeron en el África subsahariana, a pesar de que sólo el 30% de los nacimientos del mundo tienen lugar allí. Esta región tiene la mayor tasa de mortalidad neonatal, con 27 muertes por cada 1.000 nacimientos, seguida de Asia central y meridional, con 21 muertes por cada 1.000 nacimientos.
  • Australia y Nueva Zelanda tienen las tasas de mortalidad neonatal más bajas del mundo.
  • Entre los problemas más comunes de los recién nacidos están el nacimiento prematuro, los problemas durante el parto, las infecciones y ciertas enfermedades presentes al nacer. Estos casos representan el 40% de las muertes de niños menores de 5 años.
  • Las madres que son atendidas por matronas con formación de acuerdo con convenios internacionales tienen un riesgo un 16% menor de perder a sus bebés y un 24% menor de dar a luz antes de tiempo.
  • A nivel mundial, la mayoría de los bebés que mueren en los primeros 28 días de vida fallecen porque no recibieron una atención adecuada o especializada durante el parto o los primeros días de vida.

     

Fuente: OMS Mortalidad neonatal 

 

Demasiados recién nacidos a nivel mundial fallecen en sus casas debido a un alta hospitalaria demasiado temprana, y a dificultades o retrasos en solicitar y acceder a cuidados sanitarios. Asegúrate de pedir y acudir a las citas de atención posparto recomendadas para tu bebé, ya sea en un centro sanitario o mediante visitas a domicilio con una enfermera, un trabajador social o una matrona, dependiendo de su disponibilidad. Estas visitas marcan una gran diferencia en el apoyo a los bebés y sus familias en todo el mundo.

 

Cuidados neonatales en países de ingresos medios y altos

 

A pesar de contar con una atención más avanzada y acceso a especialistas, las desigualdades en la salud todavía pueden afectar mucho a la calidad y los resultados de los cuidados neonatales en países de ingresos medios y altos. Por ejemplo, los padres que vienen de un nivel socioeconómico más bajo a menudo se enfrentan a mayores dificultades con el parto prematuro o las complicaciones del parto comparados con los padres de entornos más favorecidos. Las barreras de idioma y las discapacidades mentales o físicas también pueden influir en las experiencias y la salud tanto de los padres como de sus bebés.

 

Hay grandes desigualdades en la salud materna y de la primera infancia dentro de las comunidades marginadas y/o subrepresentadas de la sociedad en todo el mundo, lo que aumenta el riesgo de parto prematuro en estas poblaciones. Los sistemas, políticas y prácticas discriminatorias, incluidas las estructuras de discriminación racial, limitan el acceso a la atención sanitaria, lo que hace difíciles los cribados preventivos y los tratamientos eficaces. Es por eso que las madres y los bebés de comunidades subrepresentadas suelen tener peores estadísticas de salud relacionadas con la prematuridad y las complicaciones del parto en comparación con otros grupos.

 

Abordar estas desigualdades es muy importante para mejorar la salud neonatal y hacer lo que se pueda para que cada bebé tenga el mejor comienzo posible en la vida, independientemente del entorno o las circunstancias de su familia. Como familia, enfrentarse a estos obstáculos puede dar una sensación de soledad y aislamiento, pero buscar el apoyo de organizaciones y grupos de personas en circunstancias similares puede ayudar mucho. Proteger el acceso a la asistencia sanitaria y a las redes de apoyo es muy importante para todas las familias, especialmente para las desfavorecidas.