Factores como los ingresos, la educación y el acceso a los cuidados sanitarios pueden afectar al riesgo de parto prematuro y de complicaciones en el embarazo. Por ejemplo, las mujeres con ingresos bajos y acceso limitado a la atención prenatal tienen un riesgo mayor de tener partos prematuros que las que tienen mejores recursos económicos y sanitarios. Otros problemas son un nivel bajo de educación y una falta de redes de apoyo. Además, la exposición a contaminantes atmosféricos y otros factores ambientales aumentan el riesgo de complicaciones, y se ha demostrado que estos factores afectan más a las minorías raciales y étnicas.
La edad de la madre también es de interés. Las adolescentes menores de 17 años y las mujeres mayores de 35 corren un mayor riesgo de tener complicaciones en el embarazo o de parto prematuro.
La etnia de los padres también puede influir en el embarazo y el parto debido a la desigualdad estructural a la que se enfrentan las minorías étnicas. Los estudios realizados en EE.UU. muestran que las mujeres negras tienen un riesgo mayor de tener un parto prematuro que las mujeres blancas.
En todo el mundo, la supervivencia de los bebés prematuros varía mucho. En lugares con recursos limitados, la mitad de los bebés muy prematuros, es decir, nacidos antes de las 32 semanas, fallecen debido a la falta de cuidados básicos como calor, ayuda a la lactancia y de tratamiento de infecciones y problemas respiratorios.