Ser padres de un recién nacido prematuro o enfermo es algo que para muchos ocurre de forma inesperada y puede ser muy abrumador. Se necesita tiempo, apoyo y ánimo para adaptarse no sólo a un nuevo papel como padre y madre, sino también al entorno de la unidad neonatal.
Para muchas familias, tener un bebé en la UCIN es una experiencia difícil y estresante que supone desafíos emocionales, físicos y prácticos.
Durante la hospitalización de tu bebé y más adelante es normal sentir un torbellino de emociones sin haber tenido tiempo de prepararse para ello. Mientras intentas asimilar esta nueva realidad, lo más probable es que también estés pensando en cómo se sienten otros miembros de la familia, como hermanos y abuelos, además de mantenerte al día con otras responsabilidades fuera de la unidad, como el trabajo o el cuidado de tus otros hijos.
Pasar tiempo con tu bebé es importante durante este periodo, pero también necesitas momentos solo para ti o a solas con tu pareja. Cuidarse es muy importante, aunque pueda parecer duro cuando tu atención se centra en la salud de tu bebé.
Recuerda que atender a tus propias necesidades también puede beneficiar a tu bebé. Es probable que tengas muchas preguntas sobre su cuidado y cómo evoluciona, y el equipo médico está ahí para orientarte y apoyarte. La higiene de manos en la UCIN es muy importante, y todo el mundo debe lavarse las manos y los antebrazos a conciencia, y seguir cualquier otra medida de higiene que se imponga. Por razones de seguridad, los familiares no pueden visitar al bebé si tienen alguna enfermedad contagiosa, como el COVID-19, gripe⍰, resfriado, gastroenteritis⍰, tos ferina⍰, sarampión⍰, varicela⍰ u otras infecciones.
Aunque al principio pueda ser abrumador, involucrarte en el cuidado de tu bebé tiene beneficios a largo plazo. Tu equipo médico te ayudará a entender las señales de tu bebé y cómo atenderlas, para que podáis conectar durante esta etapa tan delicada.