¿Qué pasa si no puedo dar el pecho a mi bebé? Formas alternativas de alimentarle
Algunos bebés pueden no estar preparados para ser amamantados inmediatamente después de nacer por diversos motivos. Los bebés prematuros o enfermos pueden no tener la fuerza o la madurez para mamar. También puede ser tu decisión no dar el pecho. Hay muchas de una forma de alimentar a tu bebé:
Si no puedes o prefieres no dar el pecho, sigues pudiendo considerar la extracción, que ofrece a tu bebé todos los beneficios de la leche materna. La leche materna aporta nutrientes importantes y factores protectores que favorecen el crecimiento, el desarrollo y la salud general de tu bebé. Si la lactancia materna o la extracción no son una opción, los profesionales sanitarios pueden orientarte sobre otras alternativas seguras. Puedes hablarles de tus preocupaciones y sentimientos. Tu matrona⍰, médicos, enfermero/a neonatal⍰ o visitador/a sanitario/a⍰ pueden ayudarte.
Es posible que tu equipo sanitario te haya mencionado la nutrición parenteral o alimentación por sonda. Si quieres más información, haz clic aquí.
Algunos padres le dan el biberón a su bebé prematuro o enfermo con leche materna extraída, leche de donante o leche de fórmula⍰.
Reconocer las señales del bebé ante la alimentación con biberón
Al igual que con la lactancia materna, es importante estar atento a las señales del bebé cuando busque alimento, como por ejemplo chuparse los dedos, hacer movimientos de succión y ponerse inquieto.
La alimentación con biberón
Tu bebé querrá estar cerca de ti durante la toma del biberón y puedes aprovechar este rato para el contacto piel con piel. Siempre que sea posible, tú o tu pareja debéis darle el biberón para que tu bebé aprenda contigo. Para que te sientas cómoda y segura, habla con el equipo médico de la UCIN sobre la mejor forma de alimentar a tu bebé. Te enseñarán las técnicas y te recomendarán posturas adecuadas a las necesidades de tu bebé.
Aquí tienes algunas preguntas útiles:
Si la leche sale demasiado rápido, puede ser difícil para tu bebé manejar succionar, tragar y respirar a la vez. Una enfermera, un logopeda o un especialista en alimentación pueden aconsejarte sobre tetinas, biberones y posturas que te ayuden con esto
Abordar los problemas con la alimentación
Algunos bebés pueden experimentar niveles bajos de oxígeno (desaturaciones) o una frecuencia cardiaca lenta (bradicardia) al empezar a tomar el pecho o el biberón. Esto puede ser normal y suele mejorar con el tiempo, pero puede ser señal de que tu bebé aún no está preparado para la alimentación por la boca. Si notas estos problemas, es importante que hables con tu equipo de cuidados de la UCIN.
Aquí tienes algunas preguntas útiles:
Una comunicación abierta puede asegurar que tu bebé reciba los cuidados que necesita.
Un nivel bajo de oxígeno y de frecuencia cardiaca durante la toma puede indicar reflujo, en el que la leche vuelve a subir del estómago. El reflujo es un problema común en todos los bebés, pero todavía más en los que nacen prematuros o enfermos, e irá mejorando con el tiempo a medida que tu bebé madure.
Apoyo y recursos
La plantilla de la unidad neonatal te ayudará a aprender a preparar las tomas y a limpiar y esterilizar los biberones. También pueden animarte a traer biberones y tetinas de casa para que tu bebé se acostumbre a ellos.
Algunos bebés son amamantados a la vez que son alimentados con biberón, lo que se conoce como alimentación mixta o combinada. Sin embargo, es aconsejable que tu bebé domine la lactancia materna antes de introducir otros métodos de alimentación si piensas darle una alimentación mixta. Habla con tu equipo neonatal, especialista en alimentación infantil, matrona⍰, visitador/a sanitario/a⍰ o médico de cabecera⍰ si estás pensando en la alimentación mixta o combinada.
En determinadas situaciones, tu equipo médico puede sugerirte que le des a tu bebé una tacita de leche materna, sobre todo si muestra signos de querer alimentarse, pero no puede agarrarse al pecho, o si hay una separación entre la madre y el bebé. Si no estás segura, pide consejo al equipo médico.
La lactancia o la extracción de leche pueden causar problemas como:
Los pezones doloridos o agrietados pueden aparecer cuando el bebé no está bien colocado, causando molestias e irritación. Los conductos lácteos obstruidos pueden causar bultos dolorosos y pueden desarrollarse cuando el pecho no se vacía completamente durante la toma o la extracción.
Si no se tratan, los conductos obstruidos pueden provocar mastitis, una infección del pecho que causa enrojecimiento, hinchazón, dolor y síntomas parecidos a los de la gripe. Si sientes alguno de estos síntomas, habla con un profesional sanitario que pueda ayudarte a aliviarlos.
Alimentar a tu bebé es una forma de formar un fuerte vínculo. Este acto no solo puede mejorar tu confianza, sino que también te permite participar en el cuidado de tu bebé, involucrándote y conectándoos.
En la unidad neonatal, es fundamental que el equipo médico te guíe en la alimentación de tu bebé prematuro o enfermo, asegurándose de que recibe la nutrición esencial que necesita. La lactancia materna aporta muchos beneficios a tu bebé, sobre todo a los prematuros. Más allá de los beneficios de la leche materna, proporciona un valioso contacto piel con piel, que os ayuda a ti y a tu bebé a reforzar vuestra conexión.
El reflejo de eyección de leche
Cada vez que des el pecho, es posible que sientas un hormigueo o punzadas en los pechos, o una sensación como si la leche saliera a chorros. A esto se le llame el reflejo de eyección de la leche. Es cuando tu cuerpo libera una hormona llamada oxitocina para ayudar a que fluya. Al principio, este reflejo puede tardar unos minutos en activarse, pero más adelante lo hace en cuestión de segundos.
El reflejo de eyección varía entre las mujeres; algunas sienten una ligera molestia, mientras que otras no sienten nada en particular. Ciertas acciones, como los baños calientes, el masaje del pecho o estar cerca del bebé, pueden desencadenar este reflejo. Permanecer relajada y tener contacto piel con piel con tu bebé también puede ayudar a estimularlo.
Empezar a dar el pecho
Puede que te sientas insegura sobre cómo empezar a dar el pecho, sobre todo si tu bebé ha sido alimentado por sonda. Un/a enfermero/a, matrona⍰ o especialista en lactancia de la unidad neonatal puede guiarte en el proceso. Tanto los padres como otros familiares o acompañantes cercanos, como los abuelos, también pueden desempeñar un papel en la lactancia.
Es importante reconocer las señales de hambre de tu bebé antes de darle el pecho. Algunas de las primeras señales de pueden ser llevarse los dedos a la boca, presentar el reflejo de búsqueda o ponerse inquieto.
Postura ideal para amamantar
Los profesionales sanitarios de la unidad neonatal te ayudarán a encontrar posturas cómodas para amamantar. Pueden recomendarte almohadas de apoyo, sobre todo si te han operado o tu bebé nació prematuro o enfermo. Los gemelos o mellizos pueden necesitar más almohadas de apoyo, tanto por comodidad como para sostener al bebé.
Desafíos de la lactancia materna
Los retos que presenta la lactancia materna se dan en muchos recién nacidos, afectados por factores como su edad, su madurez y su estado de salud. Los bebés prematuros o enfermos pueden tardar más en desarrollar las habilidades necesarias para la lactancia. Entre los problemas más comunes están los bebés somnolientos y la dificultad para encontrar la posición correcta para mamar. Puedes tardar en sentir seguridad en la lactancia.
Si estás dando el pecho, recuerda que buscar apoyo puede ayudarte a superar estas dificultades. También es importante entender que el padre del bebé y otros familiares y acompañantes cercanos también pueden pasar por desafíos durante este proceso, ya sea intentando darte ánimos como buscando formas de ayudarte.
Dónde encontrar apoyo
Las unidades neonatales suelen tener especialistas en alimentación infantil, logopedas⍰, enfermeros/as neonatales⍰ especialmente formados/as o consultoras de lactancia⍰ disponibles para ayudarte. En casa, los/las enfermeros/as visitadores/as⍰ y comunitarios/as, los trabajadores sanitarios comunitarios y los médicos de cabecera⍰ pueden ofrecerte apoyo y orientación. No dudes en buscar ayuda o unirte a los grupos de apoyo a la lactancia de tu zona para obtener más ayuda e información.
La extracción de leche para tu bebé
Aunque tu bebé no pueda mamar directamente, puedes darle leche mediante la extracción. Además, si el bebé llegara a necesitar más nutrientes, el médico puede recetarle un fortificante para complementar la leche materna y ayudarle en su crecimiento y el desarrollo del esqueleto.
Extraer leche materna para almacenarla más adelante es una habilidad que puede llevar tiempo aprender. En los cuidados neonatales, es importante saber cómo extraer la leche y cuidarse durante este proceso.
¿Por qué elegir la extracción?
Extraerse leche puede ser útil si
Si decides extraerte leche, el equipo médico te ayudará a hacerlo lo antes posible después del parto. Esto asegura que tu bebé consiga los beneficios de la leche materna, independientemente de que se alimenten por la boca o por sonda.
Empezar a extraerse leche: En las primeras horas y días, producirás calostro, una leche espesa y amarilla que es vital para reforzar el sistema inmunitario de tu bebé y favorecer su crecimiento. Es normal que al principio te extraigas cantidades muy pequeñas, pero aumentarán con el tiempo, a medida que avance tu producción de leche materna.
Consejos para la extracción
Almacenamiento de la leche extraída
Alimentación y crecimiento: A menudo, los bebés prematuros o enfermos necesitan más nutrientes. Si es así, los médicos pueden recomendar que añadas un fortificante para prematuros a tu leche materna.
Cuándo extraerte leche: Empieza a extraerte leche en las dos horas siguientes al parto y procura hacerlo de ocho a diez veces en cada periodo de 24 horas, y al menos una vez por la noche. La producción de leche se rige por la oferta y la demanda, por lo que la extracción frecuente ayuda a mantener la producción.
Algunas madres comienzan a extraerse leche antes de que nazca su bebé. Hable con su proveedor de atención médica si planea comenzar a extraerse leche antes de que nazca su bebé, ya que existe la posibilidad de un parto prematuro.
El reflejo de eyección de la leche: Al extraer la leche, puedes sentir un hormigueo o una oleada en los pechos, lo que se conoce como reflejo de eyección de la leche, causado por la oxitocina. Relajarte, tener contacto piel con piel o estar cerca de tu bebé puede ayudar a desencadenar este reflejo.
Masaje de pechos: Un suave masaje de los pechos antes de la extracción puede estimular el flujo de leche. Con las manos cálidas, acaricia, masajea y da golpecitos a tus pechos durante unos minutos antes de la extracción.
Cuídate: Alimentar a un bebé, sobre todo a un prematuro, puede ser un desafío emocional. Si te sientes estrés, ansiedad, o un bajón, no dudes en buscar apoyo en los profesionales sanitarios o en tus seres queridos. Hay recursos disponibles para ayudarte a superarlo.
Lidiar con la presión: Recuerda que cualquier cantidad de leche extraída que puedas dar, aunque sea unas pocas gotas, trae beneficios a ti bebé. Céntrate en tu propio progreso y evita compararte con los demás. Tu equipo médico está ahí para apoyarte.
Si no puedes extraer leche inmediatamente después del parto, tómate tu tiempo y sigue extrayéndote leche, aunque sólo tengas unas gotas. Puede parecer decepcionante, pero es muy normal que algunas mujeres tarden un poco más en empezar a extraer leche. Estimular tus pechos ayuda a señalar a tu cuerpo que empiece a producir leche, aunque la cantidad sea pequeña al principio. Un entorno relajado, el descanso, beber más líquidos, los masajes de pechos y la extracción regular de leche pueden ayudarte a extraer más leche.
Si no puedes extraerte siempre junto a la cuna, puede ayudarte tener cerca una foto o un objeto que huela a tu bebé. Esto puede ayudarte a relajarte y favorecer el flujo de leche. La pareja, la familia y los amigos pueden ayudarte preparando el equipo o dándote ánimos.
Para más orientación sobre la extracción, almacenamiento y descongelación de la leche materna, habla con la plantilla de la unidad neonatal. Están ahí para ayudarte en todo momento.
Si la alimentación de tu bebé está afectando a tu bienestar, puede ser útil hablar con alguien. Hay muchos lugares a los que puedes acudir para encontrar serenidad y apoyo:
Puedes ponerte en contacto con ellos para recibir el apoyo a la lactancia que necesites, o simplemente para que escuchen tus problemas.
Los bebés prematuros o enfermos pueden necesitar una nutrición especial. Aunque muchos reciben la propia leche de su madre, algunos necesitan nutrientes añadidos o fortificantes⍰ de la leche materna para ayudar a su crecimiento. La leche de donante también puede ser una opción si el suministro de la madre es limitado. La alimentación en los cuidados neonatales puede ser diferente de lo que te esperabas, lo que puede parecerte inquietante, sobre todo porque los padres tienen menos tiempo para prepararse. Comenta cualquier inquietud o preocupación con tu enfermero/a, matrona⍰ o especialista en alimentación infantil.
El calostro, la primera leche que producen las madres, es espeso y amarillento, y contiene proteínas y anticuerpos⍰ que ayudan a proteger contra las infecciones. Se produce en pequeñas cantidades al principio, pero aumenta a medida que se extrae más. Dar calostro tan pronto como sea posible a los bebés prematuros o enfermos puede mejorar su nutrición y reducir el riesgo de infecciones.
La leche materna les da una nutrición ideal a los bebés, favorece el crecimiento, ofrece protección inmunitaria, mejora el desarrollo cerebral y reduce el riesgo y la gravedad de enfermedades como la enterocolitis necrotizante (ECN)⍰. Si tu bebé no está preparado para ser amamantado, tu equipo médico puede ayudarte a extraer la leche a mano o con un extractor.
La leche extraída puede almacenarse hasta que la necesites, o se le puede dar a tu bebé a través de una sonda hasta que esté preparado para mamar. El personal sanitario de la unidad puede guiarte mientras aprendes a extraer la leche, y te animamos a que pidas ayuda si la necesitas.
En los casos en los que el suministro de leche de la propia madre sea limitado, los hospitales pueden ofrecer leche de donante, sobre todo para bebés con alto riesgo de enterocolitis necrotizante (ECN)⍰. La leche humana de donante puede ser una alternativa valiosa a la leche materna. Habla con tu equipo médico si tienes preguntas sobre la leche de donante o necesitas consejo sobre el suministro de leche.
Los bebés prematuros o enfermos suelen necesitar proteínas, vitaminas y minerales añadidos para satisfacer sus necesidades nutricionales. Puede añadirse un fortificante⍰ a la leche materna que contenga estos nutrientes adicionales para mejorar el crecimiento y el desarrollo y del bebé. Si se necesita leche adicional, los médicos pueden sugerir leche de donante.
Puede que le receten a tu bebé recetarle una leche de fórmula especial para prematuros, que puede administrarse junto con la propia leche materna. La fórmula para prematuros se ha desarrollado para satisfacer las necesidades nutricionales específicas de los bebés nacidos antes de tiempo. Aunque no contiene ninguno de los beneficios protectores de la leche materna, puede ser una opción para algunos bebés por otras razones.
El equipo médico de la UCIN hablará contigo sobre el uso de leches de fórmula si es necesario para tu bebé. Te enseñarán la preparación segura de la leche de fórmula antes del alta de la unidad. Grupos de apoyo locales pueden darte más información.