Mientras tu pareja está dando a luz, buscará consuelo, fuerza y ánimo en ti. Ser testigo de su dolor puede ser duro, pero descubrirás que el parto puede ser una experiencia increíblemente poderosa y emocionante.

Muchas futuras madres preparan su bolsa para el hospital con tiempo, pero no te olvides de meter en ella algunas cosas esenciales para ti, ya que puede que tú también pases la noche en el hospital.

Durante el parto, puede que tu pareja no siempre esté en condiciones de tomar decisiones o pedir lo que necesita. Prepárate para intervenir si es necesario. Puede que tengas que ayudarla a evaluar sus opciones médicas o pedir ayuda al equipo médico.

Si ver la sangre o el parto te causa mayor impresión de lo que esperabas y te dan mareos, no pasa nada por apartar la mirada o salir de la habitación durante un momento. Concéntrate en apoyar a tu pareja manteniendo el contacto visual y estando a su lado. Solo con tu presencia estás haciendo una gran diferencia. Aunque el equipo médico se encargue de lo práctico, tu apoyo y ánimo son fundamentales para ella en este momento tan importante.

El proceso del parto puede parecer intimidante y dar un poco de miedo, pero es importante que manejes tus propios miedos y los de tu pareja. Hazle preguntas al equipo médico cuando lo necesites, aprende a entender cuándo no debes preocuparte y trata de transmitir confianza y tranquilidad. En ese momento, tu papel como apoyo es fundamental.