Una UCIN tiene incubadoras, camas especiales que mantienen y regulan la humedad del aire y la temperatura de los bebés prematuros y enfermos, vigilando de cerca sus constantes vitales. Los bebés pueden recibir fluidos y medicamentos a través de vías intravenosas (catéteres que los médicos utilizan para administrar medicamentos y líquidos directamente en las venas de los pacientes). Los respiradores artificiales y las máquinas CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias, CPAP por sus siglas en inglés) ayudan a respirar a los bebés. Además, se les puede dar oxígeno añadido a través de cánulas nasales, o mediante una mascarilla y bolsa tipo Ambú. La fototerapia puede utilizarse para tratar la ictericia en la incubadora.
Las incubadoras son camas especiales para bebés que circulan aire caliente y humidificado para ayudar a los bebés prematuros y enfermos a mantener su temperatura corporal. La temperatura puede ajustarse a las necesidades del bebé, y se controla en una pantalla externa. La humedad es muy importante para que los bebés prematuros no pierdan hidratación.
A medida que los bebés se recuperan, se les traslada gradualmente a camas de cuidados abiertas, con colchones con calefacción o calentadores para ayudarles a adaptarse.
En la UCIN se vigilan cercanamente los signos vitales, como la frecuencia respiratoria, la frecuencia de los latidos del corazón, la tensión arterial⍰, la temperatura corporal y los niveles de oxígeno. Pequeños sensores colocados sobre la piel del bebé envían información a monitores que alertan al equipo de cuidados de la UCIN si hay algún problema. Los/las enfermeros/as o matronas comprueban y registran con regularidad estas constantes vitales para asegurar la estabilidad del bebé.
La terapia de infusión consiste en utilizar vías intravenosas y bombas para administrar fluidos, sueros, medicamentos y nutrientes al bebé con precisión. Hay distintos tipos de catéteres, como las vías intravenosas para uso a corto plazo, y las vías PICC⍰ o catéteres umbilicales⍰ para necesidades a más largo plazo. Estas herramientas ayudan a controlar el equilibrio de líquidos del bebé y aseguran una buena hidratación⍰ y nutrición.
Los respiradores pueden ayudar con o encargarse totalmente de la respiración del bebé. Se coloca un tubo conectado al respirador en la tráquea del bebé para dar respiraciones controladas. Pueden añadirse la ventilación de alta frecuencia para problemas los respiratorios graves. La respiración artificial se retira gradualmente a medida que el estado del bebé mejora.
Las máquinas de CPAP presiona levemente aire caliente y húmedo en los pulmones del bebé para mantenerlos parcialmente inflados, facilitándole la respiración. Esta máquina se usa a menudo en los bebés que están en fase de transición para dejar los respiradores o en los que tienen problemas respiratorios más leves.
Algunos bebés necesitan oxígeno añadido incluso aunque puedan respirar por sí mismos. Se les suministra a través de finos tubos en la nariz, ya sea en la UCIN o en casa con un dispositivo portátil de oxígeno.
Si el bebé tiene una parada respiratoria más larga, es decir, una apnea, el profesional sanitario puede darle una caricia o masaje suavemente para recordarle que respire. Si esto no funciona, el profesional sanitario puede tener que proporcionar respiraciones asistidas al bebé mediante un dispositivo llamado bolsa-válvula-mascarilla o Ambú.